El pasado mes de mayo nos fuimos de viaje a una de las ciudades
más bellas de Europa: Budapest. Cómo no, os queremos explicar qué tal nos fue
la experiencia y recomendaros algunos lugares de esta ciudad!
Budapest es el
resultado de la fusión de dos antiguas ciudades: Buda, en el lado oeste del
Danubio, y Pest, en el lado este. Bueno, sí, y también la ciudad de Óbuda, en
el lado de Buda, un poco más al norte. Para haceros una idea, la parte más
monumental se encuentra en la zona de Buda, mientras que las zonas más
animadas, con restaurantes, tiendas y bulevares, se encuentran en la zona de
Pest.
La ciudad es de tamaño mediano y se pueden
recorrer muchas zonas a pie. Nosotros caminamos un montón, haciendo varias
rutas enlazadas, y alternando con el Metro, que es la forma más cómoda para
desplazarse en transporte público por Budapest. Prestad especial atención a los
billetes y a la correcta validación de los mismos en las máquinas que hay justo
a la entrada de las estaciones.
Aunque si os atrevéis, podéis subiros al bus que va por el río...
Aunque si os atrevéis, podéis subiros al bus que va por el río...
Qué ver en la ciudad
El edificio más importante de Budapest es
el Parlamento de Hungría, a orillas del Danubio. Es el tercer parlamento más
grande del mundo, después del de Rumanía y el de Argentina. Construido a
finales del siglo XIX y principios del XX, da una imagen del poder y esplendor
que tuvo en aquella época Hungría cómo parte del imperio Austro-Húngaro. La
verdad es que lo más bonito del edificio es su exterior, aunque por dentro no
desmerece y podréis ver los símbolos de Hungría: la corona, la espada y el
cetro. La entrada cuesta unos 6 € y es guiada (se puede hacer en español).
Muy cerca del parlamento se encuentra la
preciosa basílica de Szent István que está dedicada al primer rey de Hungría,
San Esteban I. Este rey era descendiente de Árpad, uno de los líderes de las
siete tribus magiares que fundaron Hungría en el siglo IX. La entrada es
gratuita, aunque lo más bonito es ver su fachada principal, caminando por la
calle de Szent István tér (atención porque desde este lugar sale alguno de los
free tours de la ciudad!).
La siguiente parada es la colina del
castillo de Buda. Una muralla corona la colina, rodeando una serie de edificios
importantes de la ciudad: el Castillo (sede de los antiguos reyes de Hungría),
iglesias, museos, así como el Bastión de los Pescadores, un bonito baluarte que
parece sacado de un cuento de caballeros y princesas. No recomendamos pagar
ninguna entrada, lo mejor es pasear por toda la ciudadela, admirando sus
edificios y agradables callejuelas, eso sí, compartiendo espacio con la mitad de
turistas de Budapest. Desde el lado este, hay unas vistas preciosas del Danubio
y de todo Pest, con su parlamento en primer plano y la isla Margarita al
norte. Sin embargo, si queréis ver las mejores vistas de toda la ciudad,
entonces tendréis que subir a la colina de Gellért, un poco más al sur.
Uno de los atractivos de Budapest son los puentes que unen ambos
lados entre sí y con las islas del río, formando una bella estampa del Danubio.
Sobretodo de noche, cuando los puentes están iluminados. El más famoso de ellos
es el Puente de las Cadenas, el más antiguo de los que unen Buda y Pest y por
donde podréis ir o volver del Castillo.
Por supuesto, os recomendamos perderos por
las dos calles principales de la ciudad: Váci y la avenida Andrássy. La primera
cruza todo el barrio de Belváros, repleta de tiendas turísticas, restaurantes y
alguna que otra estatua humana (con una de ellas realmente pensamos que era una estatua!). La segunda es una avenida más señorial, que
parte desde el parque de Erzsébet tér para
acabar en la Plaza de los Héroes. Os recomendamos que la recorráis toda en
dirección a esta plaza (y admiréis las estatuas de los siete Héroes), pasando
por el edificio de la Ópera, y callejeéis, sobre todo por las calles que quedan
a la derecha: aquí encontraréis algunos "Ruin Bars" o locales cochambrosos
reciclados en bares modernos y alternativos repletos de jóvenes con cervezas en
las manos.
Por último, si
os sobra algún momento, os podéis acercar a la isla Margarita. Es un enorme
parque en una isla del Danubio a la que se puede acceder por el puente de Margaret
Hid (el amarillo). Ideal para desconectar de la ciudad.