18 de mayo.
Salimos de Barcelona
alrededor de las 9 de la mañana. Tardamos una hora y media aproximadamente en
llegar a nuestro destino: Santa Pau. Dejamos el coche en el aparcamiento que se
encuentra en este pueblo. Lo bueno es que la ruta se inicia desde este punto.
Lo malo es que hay que pagar 2 euros pero que contribuyen a la conservación del
parque. La ruta es circular y está muy bien señalizada (nosotros hicimos el
recorrido número 1). Se tardan unas 3-4 horas en hacerla (yendo a un ritmo muy
tranquilo).
Primera etapa: El volcán de Santa Margarida
La ruta empieza subiendo una cuesta durante una media
hora. Después se continúa con una bajada hacia el cráter del volcán. No se aprecia que
es un volcán ya que está cubierto de vegetación. En el centro del cráter se
encuentra una pequeña y misteriosa ermita con mucho encanto.
Una vez explorado el cráter, empezamos el ascenso para salir de él.
Continuando la ruta se llega a Sant Miquel de Sacot, un pueblecito con su
iglesia. Allí nos entretuvimos admirando y fotografiando una familia de
caballos.
La siguiente parada fue la fábrica de La Fageda, famosa por sus
yogures. Se puede visitar la fábrica pagando unos 4 euros. Además tiene una
tienda y una pequeña área con mesas y sillas donde descansar mientras uno toma
un helado de yogur.
Reanudamos la marcha para llegar al último punto del recorrido: el
Cruscat. Cuando estábamos llegando a nuestro destino, una mujer muy amable que
caminaba tranquilamente con su perro, nos indicó una ruta alternativa desde la
cual pudimos admirar mejor el volcán. Pasamos por debajo de una valla de madera
y seguimos el sendero desde allí hacia el volcán.
El
Cruscat se alza majestuoso e impenetrable ante nosotros con sus paredes lisas y
negras.
Una vez recorrido el Cruscat, nos dirijimos al párking para coger el
coche y dirigirnos a comer algo. Por recomendación de un familiar, fuimos a un
restaurante, tipo masía catalana, llamado Fussimanya donde se come una carne
deliciosa hecha a la brasa. Está cerca de Vic en un pueblo llamado Tavèrnoles.
Desde Santa Pau tardamos unos tres cuartos de hora en llegar. Raciones muy
generosas a precio económico. Si queréis ir es mejor reservar mesa con uno o
dos días de antelación porque es muy popular y suele estar lleno.
Una buena manera de reponer fuerzas después de nuestra caminata por
los volcanes!
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