Madrid y el Rey León

Coger el tren en la estación de Sants de Barcelona y, en dos horas y media, bajarte en Atocha, Madrid. Con el Ave las dos ciudades están más cerca que nunca y es la excusa perfecta para una visita de fin de semana.

Plaza Mayor
El musical

Madrid es una ciudad grande, con muchísimo entretenimiento: teatros, musicales, espectáculos deportivos, exposiciones, museos.... De hecho, nosotros nos acercamos para ver el musical del Rey León, que ha arrasado en todo el mundo: 70 millones de personas ya lo han visto. Y la verdad es que vale la pena ir a Madrid sólo para verlo: la música, el vestuario y, sobretodo, los actores que interpretan a los principales protagonistas. Simplemente genial! En concreto, el actor que hacía de Scar nos encantó!

Visita a la ciudad

Lo ideal para aprovechar el fin de semana es ir a la sesión de noche del viernes. Pero también podéis ir a cualquier otra obra o simplemente a visitar Madrid. En nuestro caso, luego del musical hicimos dos noches en la ciudad, para volver el domingo por la tarde y poder disfrutar tranquilamente de la ciudad.

El viernes, antes del musical, nos dio tiempo a ver la Plaza Mayor y dirigirnos hacia la Puerta del Sol, para ver el reloj más famoso de España y hacernos una foto encima del "kilómetro 0". Siguiendo la calle Preciados llegamos a la Plaza Callao y a la Gran Vía.

Kilómetro 0


El sábado nos dedicamos a hacer turismo por la ciudad. Hicimos una ruta que nos explicó muy amablemente la chica de la recepción del hostal. El primer tramo fue Plaza Mayor, Sol, Preciados, Gran Vía, que ya habíamos visto el viernes. Desde allí nos dirigimos al templo de Debod. 

Este templo fue donado por el gobierno de Egipto a España en 1968 por haber ayudado a salvar varios templos de Nubia que corrían peligro por la construcción de la presa de Asuán. Es un rincón precioso de Madrid y la entrada es gratuita

Debod
Templo de Debod

Cerca del templo hay unas bonitas vistas de la Casa de Campo, la Catedral de la Almudena y los Jardines de Sabatini

Siguiendo la ruta llegamos a una plaza y, de frente, nos encontramos la catedral de la Almudena, un gran templo del siglo XX sin el encanto de las catedrales medievales. Pero podéis entrar y decir que estuvisteis donde se casó la Infanta, je, je...

almudena
Catedral de la Almudena

Si damos la espalda a la catedral, vemos el Palacio Real. Es un edificio impresionante por fuera, pero decidimos no entrar ya que en alguna visita previa a Madrid ya habíamos entrado y, generalmente, estos edificios por dentro están sobrecargados de cuadros, alfombras y riquezas que acaban agotando al visitante.

palacioreal
Palacio Real

Volviendo por la calle Mayor, llegamos al mercado de San Miguel, un bonito edificio en el que no esperéis poder comprar un quilo de manzanas y medio salmón para congelar. El mercado está lleno de paraditas para comer allí mismo: jamón y embutidos, quesos, tapas, marisco y como no, vino y cerveza. Un lugar perfecto para hacer un tentempié y seguir callejeando.

Por la tarde fuimos a dar una vuelta por el barrio de Chueca, a callejear por sus calles disfrutando del ambiente y de sus pequeñas tiendas.

El domingo por la mañana lo dedicamos a recorrer tranquilamente el Rastro, el mayor mercadillo de Madrid. Aquí podéis encontrar cualquier cosa de segunda mano, seguro que hay alguna ganga esperándoos.

rastro
Rastro de Madrid
Comida y alojamiento

Nos alojamos en el Hostal Martín, en plena calle Atocha. El precio era de unos 65-70 euros noche, en habitación doble con desayuno (buffet libre sencillo). El desayuno se servía en un local a 2 minutos del hostal. Todo estuvo genial, la verdad, no es un hotel pero casi casi y en pleno centro.

En cuanto a la comida en Madrid, os hemos de recomendar El Tigre, en la calle Infantas n.30. Es un mítico bar de tapas en el que sólo pidiendo cervezas ya cenas sobradamente.

Es interesante hacer una visita al Museo del Jamón (Calle Postas, en Plaza Mayor) para hacer una cerveza y una tapita, todo muy cultural!

El sábado intentamos entrar en el restaurante de Lucio pero estaba totalmente lleno, así que nos conformamos con comernos unos huevos en el local de los hijos de Lucio. Como veníamos del mercado de San Miguel no comimos mucho. No nos pareció nada del otro mundo, la verdad.

Y por último, no os podéis ir de Madrid sin probar el bocata de calamares: está tremendo! Hay muchos sitios dónde los hacen, aquí os dejo una selección. En mi humilde opinión, el primero no se ajusta a lo que se entiende por el tradicional bocata de calamares. Nosotros fuimos al Bar Postas: genial!


Os dejamos la ruta que hicimos y los locales marcados!










1 comentario :

  1. Yo disfrute mucho en la Taberna de los huevos de Lucio, nada sano pero delicioso :D. El musical del Rey León me pareció espectacular, y volvería a Madrid solo para volverlo a ver.

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